En los alrededores, el visitante puede disfrutar de otros lugares de interés, como el río Guadiela, la Recópolis visigoda, el mirador Peña de la Virgen y la Ermita de Nuestra Señora de los Desamparados.
Senderismo en Cuenca
El abrupto paisaje de la región está conformado por roca caliza y arenisca, y allí crecen pinos, sabinas y encinas. Es el hogar de muchas aves rapaces, entre las que destaca el buitre leonado. Además, abundan los zorros, los reptiles y los anfibios, varios de ellos protegidos.
Se trata del marco ideal para las esculturas que encontraremos en esta ruta circular, que mide cerca de un kilómetro y medio. Es adecuada para todas las personas, por ser de poca dificultad y recorrerse en una hora. Está abierta las 24 horas del día y hay que llevar ropa cómoda y buen calzado, además de agua y comida.
La mejor época del año es entre los meses de mayo y septiembre, cuando hace buen tiempo, y al final de la tarde es cuando mejor se aprecia. Desde el pueblo de Buendía solo debemos seguir la señalización hasta llegar al aparcamiento de esta ruta, gratuita y de acceso libre.
La ruta, su historia y curiosidades
El nombre de este paraje de senderismo en Cuenca se debe a quienes caminaban hacia él durante los primeros años. Si les preguntaban a dónde iban, respondían “a las caras”.
El concepto bajo el que estas obras fueron creadas es plantear la ruptura existente entre los museos urbanos y la naturaleza. De esta manera se pone énfasis en el entorno y su relación con el arte escultórico.
El conjunto se compone de 18 bajorrelieves y esculturas trabajadas en distintas dimensiones, entre 1 y 8 metros de altura. Las más apreciadas son la Calavera, la Dama del Pantano y la Cruz Templaria que fue tallada en el año 2000.
Sus autores, Eulogio Reguillo y Jorge Juan Maldonado, reparador de fachadas y ceramista, respectivamente, han trabajado tallando con picos y cortafríos desde 1992. Se concibió como un irreverente museo al aire libre, situado en un entorno lleno de encanto e inspirado en dioses del hinduismo, símbolos precolombinos, imágenes de Buda, el compositor Beethoven y las cruces de los Templarios.
A través de las obras, el visitante recorre la historia de sus ancestros más lejanos. Todas tienen un significado místico que incita a la reflexión y a la introspección.
La Ruta de las Caras conjuga el disfrute del arte, la conexión con el entorno natural y las vivencias espirituales. Es un lugar ideal para los amantes del senderismo y de la vida al aire libre.